Con la excusa de que los balleneros guipuzcoanos tomaban mucha sidra para prevenir el escorbuto, los hosteleros vascos han puesto en marcha un proyecto turiístico que relaciona la sidra y el mar. La sidra se convirtió en la bebida predilecta de los cazadores de ballenas guipuzcoanos a partir del siglo XVI por dos motivos: saciaba la sed y evitaba la enfermedad del escorbuto, tan habitual en las largas singladuras. Con esa premisa, Sagardun, Ondartxo y el Aquarium han lanzado una propuesta turística para este verano: 'Sagardoaren lurraldea' (Territorio de la sidra), que une la cultura de arrantzales con la de sagardogiles, según recoge El Diario Vasco. Se trataría de contratar una visita guiada que comenzaría en el Museo de la Sidra en Astigarraga, continuaría con una comida en una de las quince sidrerías participantes y un paseo por la bahía en barco. Más información
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